¿Qué se puede
hacer? ¿Qué se ha hecho? ¿Qué
perspectivas tenemos para el futuro? Nos preguntamos muchos africanos ante la impotencia de
encontrar soluciones a nuestros problemas que casi son los mismos en todo el
continente africano.
Las ocurrencias del pasado como lo relata y de forma acertada desde mi
punto de vista el académico nigeriano Ikelegbe que describe el colonialismo como «el hacha
que desarraigó la tradición africana, dejando a la población a la deriva, con
escasas posibilidades de extraer experiencias del pasado» (Huband, 2001). Me
hace entender la realidad de los sucesivos fracasos de los problemas africanos
por la difícil gestión interna a falta de una originaria historia que nos ayude
a entender la sucesión de acontecimientos.
Hablar
del Sahel que proviene del árabe “Sahil”
significa “frontera o línea divisoria”,
limita las dos Áfricas; la negra por el sur con vegetación y la blanca por el norte con la sabana a través
del cinturón sur del desierto de Sahara. Por desgracia del continente africano,
esta zona marcada por el Terrorismo, el Tráfico, los
rebeldes Tuareg y el asentamiento del fundamentalismo alimentan en esta franja
los conflictos y la fragilidad de los países del entorno causando una amenaza
directa que culminan en guerras civiles,
desestabilizad, atentados, secuestros, y hasta Estados
fallidos como Somalia y la Libia actual; encaminados Mali y República Centroafricana.
El
terror que se encuentra establecido en la franja del Sahel donde varias
organizaciones terroristas se han adueñado de los territorios incontrolables
por la fragilidad y flaqueza de los gobiernos, han hecho de ellos una
franquicia de Al-Qaeda y el actual Estado Islámico como campo de eclosión de los conflictos y
laboratorio de atentados terroristas que proceden de Asia, Oriente medio y el
resto del mundo para integrarse en AQMI
(Al-Qaeda en el Magreb Islámico), MUYAO (Movimiento por la Yihad en África
Occidental), el grupo yihadista ANSAR DINE, AL-SHABAAB de Somalia, Movimiento de la Yihad Islámica Eritrea
(MYIE) BOKO HARAM entre otros para adiestrarlos y esconderse.
Lo que me inspira escribir este artículo es el miedo que me
invade por dentro cuando intento mirar el futuro del continente teniendo en cuenta
que ésta nueva etapa de terror fundamentalista viene a ser la cuarta etapa del
suplicio del continente negro si hacemos mención a los tres anteriores
(Esclavitud, Colonización, Golpes de Estado-Dictaduras actuales). Es evidente
que muchos autores descartan estas posibilidades de fracaso de unos países
frente a otros como Acemoglou y Robinson
en su libro “POR QUÉ FRACASAN LOS PAISES”. Empero, la situación de los países
africanos es sin duda peculiar por muchos motivos vigentes que nos alejan del
resto; la nefasta descolonización, Estados jóvenes e inacabados, mezcla forzosa
de culturas y territorios (hecho a drede), doble Ignorancia (propia de la
cultura y la de las metrópolis), el opio del pueblo (religiones) etc., que, con
mucha tecnología y globalización; no hacen más que ahogarnos en la inoperancia
de lo poco que sabemos y abrazamos de lo ajeno frente a lo nuestro, tal es el caso de la
Macdonalizacion, tecnologías avanzadas, efecto llamada… y en detrimento de la
luz, agua, comida, vivienda digna, hospitales dignos, escuelas… algunas de las
trabas que otros continentes en parte superaron.
La ignorancia, la religión, el descontento social, mas las
dictaduras africanas que carecen hasta nuestros días de una firme y clara
ideología para ser exactos como la cubana, no hacen más que avivar este
fundamentalismo cuando vemos que en otros continentes está siendo sofocada.
El ataque terrorista perpetrado en el territorio Keniano por
el grupo terrorista Somalí Al-Sabaab donde unos 150 compañeros perdieron la vida,
al igual que las mas de 200 niñas que siguen desaparecidas por obra de Boko
Haram de Nigeria, es una clara demostración de fuerza de estos grupos
yihadistas fuera o dentro del control de su dominio y la flaqueza de los
gobiernos, que tienen como principal caldo de cultivo el descontento social
junto con otros factores arriba mencionados.
Pero, ¿cómo
entendemos o explicamos que unos compañeros universitarios y un profesor sean capaces
de exterminar a otros alumnos por fe religiosa? ¿Cómo se explica que un joven
estudiante europeo abandone sus estudios, familia y país para formar parte de una
organización terrorista? ¿Qué es lo que les incentiva?
Desde mi visión no tiene sentido. Mencionar el reciente
suceso de Kenya como ejemplo puede tener
dos explicaciones a mi entender aunque los medios digan lo contrario.
Primero; Kenia al ser unos de los Estados estables de la
zona del cuerno de África que alberga la mayor parte de los refugiados de los
países vecinos, se ha comprometido en
luchar contra el fundamentalismo, salafismo y el terrorismo de los
grupos yihadistas. También mantienen un
firme apoyo al grupo moderado GFT (Grupo
Federal de Transición que conforma el gobierno actual de Somalia apoyado y
establecido por la Unión Africana, Unión Europea, la ONU y los EE.UU.).
Segundo; desde antaño, Garissa,
Wajir y Mandera de Kenia al igual que la parte Este de Etiopía Ogaden siempre han estado en disputa con
Somalia por reclamar estas porciones de tierra como suyas cuya parte de la población habitan ciertas tribus
somalíes y pertenecen al Pansomalinismo que llega hasta Eritrea y Yibuti.
A partir de esta realidad vemos que existe una gran
posibilidad de actuación de los grupos terroristas a través del tribalismo,
cosa que caracteriza al pueblo somalí frente a las naciones y Estados. Esta parte del territorio Keniata en que habitan los miembros de las mismas tribus
Somalo-Keniata, pese a que pertenezcan jurídicamente a Estado Keniano, se siente somalíes por su
tribu.
Sin embargo, la ocupación estratégica actual que controlan
estos grupos terroristas en el Sahel, Océano índico por las piratería y su
penetración por el centro de África por Boko Haram y el control del Golfo de
Guinea, que, también en los últimos años ha sido pirateadas en la mar y
atacados países vecinos, no es una casualidad sino una argucia de entre otras
que estamos sumidos al caos y fracaso.
Para paliar esta situación, los gobiernos africanos están
condenados quieran o no a reestructurar, moderar y democratizar sus países para
que el impacto no sea enorme y que no dejen a estos grupos asentarse en la
población juvenil, ya que el descontento es enorme, la impunidad, corrupción, miseria,
la estupidez están acompañando cada vez más a la parte más joven de todas las
sociedades africanas a través de la radicalidad de la religión como
vía de salvación.
ONDO ANGONO, PEDRO ONDO